miércoles, 21 de enero de 2009

Estética y Estrés

BRUXISMO

Si anteriormente hemos tratado el tema de afecciones a la piel ante situaciones estresantes, no queda ajeno las alteraciones musculares y articulares de nuestro cuerpo que se ven comprometidas ante eventos como insomnios recurrentes, sensación de cansancio general, rigidez o dolor de cuello, dolores faciales, dificultad para girar o inclinar la cabeza y “ruidos” musculares al mover esta última. En esta ocasión nos referiremos a los músculos de la cabeza y el compromiso que existe en una relación de terapia entre el odontólogo y la esteticista.

Incline su cabeza hacia atrás y sentirá el cómo se produce un descenso mandibular. Ahora dirija su cabeza hacia el tórax y sentirá el cómo aumenta el contacto de los arcos dentarios. Este “contacto funcional” se produce más intensamente mientras masticamos el alimento y es más ligero en los actos de deglución y respiración.. Ante situaciones estresantes el contacto dentario puede ser mayor pudiendo transformarse en un cuadro patológico: el bruxismo.

La posición de los arcos dentarios entre sí está determinada por la acción de grupos musculares estrechamente relacionados que participan en la postura de la cabeza y que son regulados por el sistema nervioso central. El odontólogo enfrenta una anamnesis con relatos de fuertes dolores de cabeza, por lo general bilaterales y eventos como los descritos anteriormente. El examen radiológico y el examen clínico intraoral determinará el caso de Bruxismo donde el sistema masticatorio trabaja con sobrecarga y conlleva a un mayor desgaste de las piezas dentarias y el profesional estabilizará significativamente la salud del sistema masticatorio.

Ante una situación así no debe descuidarse los músculos posturales de la cabeza y es donde la esteticista participa con una terapia complementaria con un Masaje Terapéutico de Relajación reduciendo significativamente el tiempo de tratamiento, disminuyendo las molestias y dolores en los músculos comprometidos, disminuyendo el estado de ansiedad del paciente, las molestias cervicales, las alteraciones del sueño, los episodios de cefaleas miógenas, mejora el funcionamiento de la musculatura escapular. El programa terapéutico se diseña para que el paciente tenga una percepción positiva respecto del tratamiento, su expresión facial se torne más relajada y mejore su relación con el entorno

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