miércoles, 21 de enero de 2009

Incomodidades de los viajes largos

VIAJE EN AVIÓN FRESCA COMO LECHUGA

Volar en primera clase es como tocar el cielo con las manos: comida deliciosa, asientos muy cómodos y solemnes. La clase económica es menos amplia y más folklórica, pero hay varias cosas que pueden hacerse para que un vuelo se convierta en una estadía más confortable. La cabina de un avión es como el desierto, sólo tiene el 15% de humedad y, para no deshidratarse, hay que tomar un vaso de agua cada hora. Como el café, el té y las gaseosas agotan las reservas de líquidos en su organismo, es aconsejable reducir su consumo. En cuanto al vino, la graduación alcohólica se potencia en un ambiente seco, por lo que será mejor beber menos o rebajarlo con agua.
Erróneamente, los medios bautizaron síndrome de la clase económica a la trombosis venosa profunda (TVP), una afección que provoca la aparición de coágulos de sangre en las venas de las piernas. En general, se produce cuando la circulación sanguínea disminuye por moverse menos y, si una persona está predispuesta a padecerlo no lo evitará viajando en primera clase ya que no es un problema de espacios reducidos, sino de inmovilidad. Esto puede surgir durante un viaje en auto, en tren o simplemente después de ver la película de Harry Potter por tres horas y sin intervalo.
Le aconsejamos que para evitar la TVP reserve un asiento junto al pasillo, no viaje con las piernas cruzadas ya que reduce el flujo venoso hacia el corazón. Algunas líneas aéreas recomiendan a sus pasajeros realizar algunos ejercicios como doblar el pie hacia arriba y estirar los dedos durante tres segundos. Otro es apuntar los dedos de los pies hacia el suelo, apretarlos entre sí manteniendo por otros tres segundos. Sentado en el asiento, lleve alternativamente sus rodillas al pecho, varias veces. Para estirar la columna sujete un brazo de la muñeca por detrás de la cabeza y estírelo, repita con el otro brazo. Cada dos horas levántese de su asiento para un minitur.
Tome mucha agua. Cuando una persona está deshidratada, la sangre se espesa y aumentan las probabilidades de que se formen coágulos sanguíneos. Si usted tiene problemas circulatorios serios debe consultar con su médico la posibilidad de tomar un anticoagulante antes de emprender un viaje. No es aconsejable tomar un avión si padece de sinusitis, el cambio de presión atmosférica dentro de la cabina puede provocar fuertes dolores. Un avión es un espacio con mucha gente a bordo y escaso aire puro, aleje las infecciones con una dieta rica en vitamina C y zinc, entre otros elementos, fortalecerá así su sistema inmunológico.

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