miércoles, 21 de enero de 2009

La importancia del calzado

DIME CON QUÉ ANDAS Y TE DIRÉ...

Durante los primeros meses de vida notamos que nuestro bebé, descubriendo su propio entorno y su cuerpo, toca sus pies ,se los mete a la boca y no sabe para qué sirven. Pronto se apoya en ellos para intentar ponerse de pié. Un recién nacido no necesita zapatos, el uso de botines y calcetines le protegerán del frío cuando sea necesario, ya que nosotras las mamás sabemos que los pies desnudos de nuestro bebé son un espectáculo enternecedor que fomenta besos y cariños. Los abrigamos cuando sea necesario. Cuando se pone de pié, y con la idea de propiciar la estabilidad de sus primeros pasos se le ponen botitas de cuero gruesas con tremendos refuerzos en la punta y en el talón y, si lo acompaña una suela dura, tanto mejor. Pero un zapato más sencillo, que no aprisione el tobillo, de piel suave, suela flexible y sin impedimentos a la total movilidad del pié y tobillo sería más adecuado: no le obliga a forzar el movimiento, dejar{a andar a gusto y protege el pie sin incomodarlo. Excepto el caso de que exista alguna patología, el zapato no debe condicionar el crecimiento del pie del niño.
A la hora de comprar zapatos para sus niños deberá tener en cuenta que, cuanto más pequeño sea el niño más rápidamente le crecerá el pié: el zapato a la medida del mes de marzo le quedará pequeño en el mes de octubre; cuando se los pruebe tenga en cuenta que la medida del pie aumenta cuando soportan el peso del cuerpo mire que, por llevar zapatos justos e incluso pequeños no sólo les incomoda y los hace torpes sino que propicia problemas ungulares como la uña encarnada y deformidades.
Los niños y adolescentes han hecho de las zapatillas “todo terreno” una revolución en las costumbres de nuestra sociedad, ellos realizan todas sus actividades con el mismo calzado, se adaptan muy bién y se acerca bastante al modelo de zapato ideal. Escójalas de un material transpirable y de suela muy elástica, blanda y gruesa y, que la plantilla se adapte al pie. Las hay para todos los gustos y necesidades de este grupo de usuarios que no se las quitan para nada, por lo que será conveniente disponer de dos o tres pares para alternar, facilitando su limpieza, aireación y proporcionar al pié variedad de apoyo. Dado de que se trata de un calzado cerrado que se usa con calcetines gruesos favorece la hipersudoración, con el consiguiente mal olor y micosis y, si tiene una suela muy delgada puede provocar inflamaciones del tendón de Aquiles o de la fascia plantar.
Los adolescentes varones se pegan en este modelo, mientras que las niñas en esta etapa ya descubren zapatos, botas y botines que nos ofrece la bién prepara sociedad de consumo. A partír de este momento calzarán zapatos de todo tipo, pero debido al tipo de calzado que han usado hasta ese momento tienen sus más musculados y de una constitución tal que no les permite adaptarse fácilmente al típico zapato de salón de punta y tacón. Con la voluntad consciente o no de mostrar un pie delicado escogen un zapato demasiado justo que favorece la deformidad del pie en su parte anterior que va adquiriendo la forma en punta o triangular, aparecen los juanetes, los dedos en martillo y las lesiones ungulares por la presión directa de la puntera del zapato sobre las uñas, principalmente la del dedo gordo. Un taco demasiado alto provoca una hiperlordosis o aumento de la curvatura fisiológica de la columna vertebral y aumenta la incidencia de lumbalgias entre las usuarias de este taco. Las hawaianas y zuecos propician la formación de callosidades en el talón e inducen la deformidad de los dedos en jarra por el gesto inconsciente de intentar sujetar el zapato para que no se caiga.
El zapato actual procura la comodidad y la austeridad en las líneas. De la correcta elección del calzado desde la primera infancia depende la salud de los pies y el bienestar de todo el cuerpo.

DATO: El calzado debe adaptarse al pie y no al contrario, respetar su estructura y no modificarla. Así proporcionará comodidad, seguridad y estabilidad en la marcha protegiendo toda la anatomía del pie, desde la piel hasta su esqueleto.

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