Síndrome de la barriga

GORDURAS DEL MAL

“No sólo los obesos deben preocuparse de la salud. Delgados con “guatita de cerveza” (aunque la persona no beba) también corren riesgos. Hay diferentes tipos de gorduras, y algunas son más peligrosas que otras”

Mírese al espejo. Vuélvase de perfil. ¿Su barriga está más grande? Imagínese entonces que, ahí adentro, células de grasa enormes están produciendo sin parar decenas de sustancias que actúan en silencio, aumentando su apetito, ayudando a obstruir, arruinando su equilibrio metabólico, destruyendo su hígado e incluso provocando la formación de tumores malignos.
La ciencia hoy nos revela que, mucho más que un mero depósito de energía que sobrecarga el cuerpo por el exceso de peso, el tejido adiposo es un órgano que afecta químicamente el funcionamiento de todo nuestro organismo. Las células grasas se acumulan en capas profundas del abdomen envolviendo los órganos (obesidad visceral) y son diferentes a las que quedan bajo la piel (grasa subcutánea) responsables de los rollitos y de la celulitis.
Desgraciadamente nadie decide por donde desea engordar, si es en la guatita, en las piernas o en los glúteos. Todo depende de la genética. Algunos son predominantes androides –acumula más grasa en la cintura – y están mucho más expuestos al síndrome metabólico que es un conjunto de alteraciones que, a medio camino, nos conducen en dirección a consecuencias tan fatales como la obesidad.
Es su médico el indicado para establecer algunos criterios que diagnostiquen si usted tiene un síndrome metabólico indicando el tratamiento básico y la pérdida de peso. Las células de grasa visceral, por ser de gran tamaño, son las primeras en reducir ante el adelgazamiento, disminuyendo rápidamente su maléfica actividad. Ejercicio y reducción calórica en sus alimentos le ayudaran a rebajar los riegos. Ahora delante del espejo, puede usted constatar que, a fin de cuenta, ese rollito o la celulitis no son la peor cosa del mundo – y que hay “gorduritas” mucho más perjudiciales para la salud.

CONSEJO:
Tome una cinta métrica, mida las caderas en su parte más ancha. Ahora mida su cintura un poco más arriba de su ombligo. Divida la medida de la cintura por la de las caderas. Alerta roja si los hombres están por sobre 0.9 y, las mujeres, por sobre los 0.85.